nuestras manos unidas,
admiramos la luz
y las exquisitas formas
de belleza profunda.
el suelo recibe el corazón
de las nubes que llegan
y generosas vierten
su transparencia gris,
percutiendo sus ritmos
llenando sus cadencias
de perfumes, de ecos…
sobre la tierra seca.
el aire se llena de alegría
y cromatismos únicos;
los dedos del tiempo
extienden sus caricias
por el cuerpo entregado
de espacios que se crean
y nuestros ojos sueñan.
plenitud de presente
con tiempo por venir
entre noches y días.
Isabel 27-11-12
Esta me ha gustado especialmente, Isabel. Si cierras los ojos tras leer sientes este 'arder' entre lo efímero y lo eterno del instante. ¡Muchas gracias por compartirlo!
ResponderEliminarUn abrazo.