criatura única naciente,
se adhiere la piel a la piel.
El suelo es cielo, uniforme gris
fundiéndose en su encuentro,
espacio y centro de su fuego.
Todo el alrededor estalla:
besos y versos tamborilean
sobre la tierra seca, sedienta…,
silban su danza con el viento
las hojas y su destino.
Acuerdo sonoro en el silencio,
desnudez y artificio:
el agua permite la aparición del fuego,
ríos de cenizas viajan
desde jirones de sequías.
Los tiempos se disuelven.
31-5-14 Isabel
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