Oigo latidos de tu alma
gestando notas y ritmos
y te sé muy cerca de ti mismo:
allí donde el silencio habita
y halla el corazón su voz y su calma.
gestando notas y ritmos
y te sé muy cerca de ti mismo:
allí donde el silencio habita
y halla el corazón su voz y su calma.
Vuelas por paisajes no hollados,
espacios de luz, centros de misterio,
donde la belleza halle los espejos
en los que desee contemplarse siempre.
Formas y colores habitan tus ojos,
ritmos y timbres funden y transforman–
más allá de sí mismos–
pasado y presente en espacios nuevos.
Y es que tu alma canta,
eleva sus notas,
olvidada entonces del tiempo y su peso,
como si atendiera una sola voz,
una intimidad que se funde en ti
y en ese misterio que la gracia ofrece
mientras los arpegios, cadencias,
acordes y notas vierten sus sonidos
en el gran silencio.
acordes y notas vierten sus sonidos
en el gran silencio.
Isabel 11-4-15