Era de luz su forma;
descubrirse, su libertad olvidada.
Plena y libre contemplaba
verdad que, sin saberse parte,
el centro de su ser buscaba
dormitando entre los pasos
de su caminar confuso;
verdad que en el silencio era,
verdad que en el ruido ignoraba.
Una verdad dormida despertó
por un instante sonrió con ella.
Era silencio toda,
llenaba el aire y el mar
que al silencio acunaban.
Juntos creaban ritmos
modelaban sueños;
tiempos trazaban ondas,
sonidos, juegos
que en el oscuro cielo
reflejaban como espuma y flor
de una danza inventada.
Isabel, 12-02-17