Me gusta contemplarte

Me gusta contemplarte en tu mirada:
viajan tus ojos por el entorno,
hallan el interior externo y sus preguntas,
como si fueran parte de quien observan,
como si comprendieran sin palabras
las palabras que los demás no expresan,
como si supieran ver lo que sucede
en los motivos de otros y sus plegarias.

Siento mi amor sonriendo al comprender 
lo que tus ojos hablan. 
Su silencio aparente está lleno de vida, 
de armonía y belleza,
y ese tacto tan propio,
esa forma tan tuya de aproximarte,
de preguntarme, 
de informarme del mundo,
sin que el sonido rompa la cercanía 
de ese encuentro profundo con tu mirada, 
de ese humor que se esconde tras el silencio, 
de esa risa y abrazo con que tus gestos callan.

Me gusta el silencio con el que se manifiestan
cuando observan lo que difiere de su verdad:
unen muchos silencios 
y en su silencio navegan sus aguas por sus aguas,
como lagos sorprendidos por el gentío,
y en su silencio juntan ¡ tantas, tantas  palabras…!


Isabel  23-06-15

Las invisibles alas del tiempo

La tarde avanza al ritmo de canciones
que acompañan los pasos 
y guían con sus sonidos cálidos
la danza de las formas.

El corazón escucha el pulso de la vida: 
los suspiros de las hojas cuando el viento silba,
los mirlos con sus voces agudas trazan transparentes vías,
los pizzicatos de los gorriones en los senderos
que hacia el monte dibujan sus delgadas líneas,
el perfume y color de las flores que brotan
de sol y deseo como generosas sorpresas…

Un barco atraviesa las azules aguas
con su blancura intensa
festoneando caminos nuevos 
que se disuelven 
para ahondarse como experiencias.

…Sonidos, voces, gritos rasgan la brisa
que estaba atenta  junto al silencio…

Volverán cadencias, armonías bellas 
que alegren y envuelvan 
las invisibles alas del tiempo 
por la tarde que ya declina.


 Isabel 5-8-15

Tu vida misma…

Cómo describir lo que en ti vive:
la sencillez de tus gestos,
tu aliento y vida…,
tus creaciones mientras te mueves, 
mientras respiras…
Cómo contar la bondad y la paz del silencio
de una sonrisa que apunta y se diluye,
cómo dibujar con palabras la grandeza del alma,
tu rostro atento, tu gentileza…
La distingo, la conozco, la sé,
pero ¡cantar lo inefable…!
y siempre lo intento,
¡contiene tu alma tanta belleza…|

Me encanta cuando tomas mi mano en la tuya,
cuando en silencio me sonríes 
y tus ojos brillan, 
cuando me cuentas novedades y te apasionas
y tu mirada se vuelve más intensa y comprometida,
y la sonrisa en tus palabras las conduce y guía
hacia lo afable, 
hacia la ligereza
de la compasión sin alardes,
…cuando me recibes en tus brazos
y contemplo el cariño en tus ojos dulces
como espejos de dicha 
en los que navego y me fundo 
con amor y sin prisa.


Isabel 5-8-15

Canta mi corazón

Te amo–musita el aire–, 
y todo se anima y confabula para amarte en su verdad y modo:
las hojas de los árboles danzan
y amplifican el canto del aire, 
sus cuerpos aletean,  
como diafragmas de luz vibrantes.
Te amo –dice el silencio mientras duermes–, 
y todo es paz, profunda calma
que alegre y diligente protege tu sueño delicado.
Te amo y todo apoya en mí el amor que siento:
mi ser se expande y renace al expresar 
la infinita belleza que revelas 
y el amor que siembras  a tu paso.
Cada voz irradia la conciencia de su amor:
caricias de la brisa, 
dulces alientos que inspiras sin pensarlo.
Te amo en el aire, en el silencio… 
canta mi corazón.


Isabel, 20-07-2015

Anochecía…

Anochecía… 
exudaba el mar en el regazo del aire
su perfume blanco.
Se aproximaba la hora
en la que el cielo contagia su silencio
a nuestro mundo,
que se envolvía en niebla;
ascendían suspiros del mar
al cielo, íntimo y callado…

Te recordaba mi piel desde su tacto,
te llamaban mis ojos y mi voz,
te acompañaban mis pasos
por los espacios que sentía
iluminados de alegría
al sabernos amados.  

Caminaba…

Rítmicos latidos trazaban
sus onduladas olas,
rizos blancos y silencios, 
como pétalos de espuma y misterio
…se fundía la tarde en noche.

Caminábamos…

Sonreían mis ojos entre las sombras
que cielo y mar tendían para todos.

Isabel, 26-4-15

Al amor del silencio

En mis noches, 
te hallas en mis ojos,
llegas en silencio por estrechas sendas
que alcanzan mis sueños:
se acallan las voces de penas antiguas,
completos tu entrega y tu calidez,
el latido…
el abrazo estrecho de la oscuridad.
Nuevas líneas guían
por sonidos íntimos:
sueño que sonríes,
que conmigo admiras
paisajes y bosques 
que el aire dibuja,
como si en su sueño 
inspirara prodigiosos verdes 
que gozan su color y formas, 
su verdad y virtud 
en su propio sueño…
Sueño que en el sueño
nuestras manos se hablan, 
cantan y se funden 
al amor del sueño,
aunque estén a solas,
aunque estén muy lejos...


Isabel, 25-2-15


Bolero compuesto por JM Gutiérrez-Segovia

Vivo mi amor

Vivo mi amor entre mis pasos, 
en los instantes y recorridos que ellos trazan,
y entre ellos, en el vacío…, 
en el dibujo que parece inexistente:
potencia eterna latiendo inacabable
en el no tiempo,
en la voz y en el espacio, 
en el sonido, en el silencio, 
en el todo que abarca lo que no veo y veo,
así lo vivo y ahí te siento, 
en mi amor, 
formándome contigo en él, 
creándome cada día 
nueva, ilusionada y distinta,
creciendo entre las formas
y más allá…
Mi amor, más próximo 
a lo que sin nombre o con él me vive 
y me convierte en sí y me completa
más cerca de mí misma, 
y sé que no siempre
resulta fácil entender  lo que comprendo a medias,
lo que resulta inefable a mi palabra;
pero sé que me entiendes, 
sabes de esa génesis creadora de lo inasible,
de lo que siempre vive,
de lo que te es propio más allá de lo explícito,
de esa transparencia que brilla dentro de tu verdad,
de la belleza antes y después de ella,
de la profunda invisibilidad que refulge
incluso cuando, a solas,
evocamos la imagen del amor que nos guía.


Isabel, 22-06-15

Generosa vida

Escucho mis pasos por el tejido volátil de este día. La luz se viste de fiesta de sonidos, aromas y arco-iris de flores y formas perfectas de diversas tonalidades de verde por doquier. Chispas de luz azul y dorada manifiestan su verdad y origen,  como si el cielo hubiera llovido creadoras notas sobre la tierra revistiéndola de átomos de estrellas y milagros de segura existencia.
Todo bulle en su creadora expresión y dinamismo: liban y remolonean los insectos en el cáliz de las flores abiertas, las mariposas nos recuerdan siempre la magia de la belleza inesperada y manifiesta, el aroma de las hierbas, de los pinos que se yerguen con sus sombreros gigantes y generosos para proteger la tierra y, jugando con la luz y la brisa, orean la huella del sol que penetra y se adhiere. Las amapolas tiñen con su brillantez el camino de un bosque próximo y amable junto a las espigas que conocemos como amigas siempre próximas. Todo mi alrededor canta a su modo la existencia, también el mar a lo lejos penetra su ritmo y su cantar en el aire de este sábado. Sé de sus espejos que brillan refulgiendo en la mañana como soles cambiantes en su miríada de guiños, risas y respuestas a su fuente. 
Me pregunto cómo, si la vida está tan bien pergeñada, tan lograda, profunda, sencilla y bella, cómo– me pregunto– no caminamos por ella con esa transparencia que también nosotros poseemos, agradeciéndola en cada instante, en cada aliento que el aire nos presta.

Isabel, 16-5-15

Muy cerca de ti mismo

Oigo latidos de tu alma
gestando notas y ritmos
y te sé muy cerca de ti mismo:
allí donde el silencio habita
y halla el corazón su voz y su calma.

Vuelas por paisajes no hollados,
espacios de luz, centros de misterio,
donde la belleza halle los espejos
en los que desee contemplarse siempre.

Formas y colores habitan tus ojos,
ritmos y timbres funden y transforman–
más allá de sí mismos–
pasado y presente en espacios nuevos.

Y es que tu alma canta, 
eleva sus notas, 
olvidada entonces del tiempo y su peso,
como si atendiera una sola voz,
una intimidad que se funde en ti 
y en ese misterio que la gracia ofrece
mientras los arpegios, cadencias,
acordes y notas vierten sus sonidos
en el gran silencio.


Isabel 11-4-15

… Mientras te pienso

Siempre te encuentro allí,
en la sutil sonrisa del cielo en nuestros ojos,
habitando el jardín de mi alegría.
El aire de tu aliento 
extiende más allá de sí mismo
su canción en silencio mientras te pienso.
Viaja mi corazón por paisajes
cuyos frondosos verdes 
abren mis horizontes más allá de mis ojos,
se funde en ese espacio que es vacío y ¡ tan pleno!
Respiro tu silencio
y ese cantar del agua entre las formas
como midiendo el tiempo,
y sé que entre los besos hay mucho más
que otro silencio unido, 
más que palabras que se dicen sin decir… sonriendo.
Entre las risas y en los ojos, 
brotan flores y estrellas,
ondas en círculos perfectos viajan 
más allá de los límites,
se extienden por los labios, más allá…
El misterio de luz funde su transparencia
sin opaca distancia en su acuerdo y su centro.

Isabel, 2-12-13


El canto de la tarde

Sentí en mi piel el canto de la tarde
y te llamé en silencio
para mostrar su huella en mi memoria: 
el cielo rosa y un gris tan terso
que moderaba la alegría
en su humedad temprana,
como las horas tristes
que esperan con sus lágrimas
para brotar sin miedo.
Todo era bello y triste,
como una tarde de amor desde muy lejos.
Era una tarde sola,
tan llena de rosas y silencios,
que se alfombró de mariposas
mecidas por el viento y sus canciones
que iluminaban el asfalto con sus vuelos,
mientras las aves contemplaban desde el cielo
sus émulos viajeros.
Sentí el canto de la tarde, quise cantar contigo
y te llamé en silencio.

15-12-2012

Isabel

Con tu amor en mis labios

Reconocí en tu rostro
–profunda mi verdad
de la rosa y su canto–
el perfil de tus rasgos…
y recordé amarlos ya
antes de haberlos visto.

Era un jardín tu espacio
tan íntimo y abierto,
que agradecí al instante
a todo su existencia 
y supe de mis sueños,
presenció mi mirada 
los sucesos del tiempo,
evitando y buscando
tan fácil y difícil 
tan radical la voz,
llenando mi silencio 
de su latido vivo,
tan sublime y complejo:
saberte sin saber 
de tus labios
el verdadero gesto,
descubriendo mi ser
en remotos presentes,
en mi presente nuevo.

Hoy despierto a tu lado,
contemplo tu jardín,
su belleza y misterio;
sonrío al descubrir 
silencios y sonidos, 
gestos y melodías
de tu paisaje íntimo
que subyuga al espacio
y lo llena de ti
conquistando su faz
para volverlo luz…

Canto con mis palabras
mi despertar contigo,
con tu amor en mis labios.

Isabel, 21-02-15


Atardecer en su viaje

Viaje hacia un sol de cercanía, hacia la luz más próxima a mi alcance. Como una bendición, la luz, siempre cerca y próxima, lejos muy lejos, desde allí viaja y funde, crea y alienta; veo ahora un suelo blanco,  creado por nubes y praderas blancas, por lagos y montañas que se hunden y yerguen en un paisaje único, cambiante,  cercano y alejándose; mientras viajo, el paisaje y los países se mueven, cambian, como nosotros…  para viajar a otro más próximo y alejándose…
Es tarde y es alba, y sí, sé que no es lo mismo: llegada y despedida, lo sé, pero aquí el mundo y la vida son otros, distintos; allá abajo y más lejos, las reglas son diferentes a nuestros ojos. Sé que viajo hacia el ocaso y, sin embargo, nunca sentí la luz tan cerca y tan renaciendo, tan claro el camino más allá de la superficie de los usos. Hay mundos y alturas diferentes. 
¿Las alturas y los tiempos pertenecen a vidas diferentes, a cuerpos distintos?
Nada es exacto a como nuestros sentidos perciben, nuestros velos desdibujan, tapan y crean apariencias, niveles de existencia en nuestras vidas.
El sol es siempre aquí la fuente pura de intensidad radiante, que ciega nuestros ojos y los deslumbra y abrasa, pero acaricia nuestros párpados, perfectos para ser acariciados por sus besos silenciosos, que pueden contemplar su fulgor brillante, como telones desplegados por la verdadera y sabia vida, aquella que nos muestra la belleza de sus formas, la que, delicada y sostenible, aguanta la intemperie, impertérrita, aquella que endulza con el ritmo de sus latidos musicales los pulsos que vacían y llenan cada forma, transformando constantemente la vida en una victoria exploradora y progresiva de la conciencia en su viaje.
Siento en mí y en cada uno de los seres que conmigo viajan por la cercanía de su intimidad silenciosa y atenta, los pasos ágiles de esta tarde transitando dóciles por la luz de su sonrisa imperceptible al sentir su avance, su movimiento acompasado, su vitalidad llena del fuego interno de su sol, de su sí mismo pleno; sé de sus pulmones ensanchándose a su ritmo para llenarse de este aire común, que es nuestro alimento imprescindible. Todo viaja y queda en el aire con nosotros y alejándose. El dinamismo y la quietud nos conforman como partes integradas y perfectas de su relación fecunda y fértil.
Sé de sonidos que no puedo distinguir, existentes, sin embargo; hablan idiomas que ignoro por imperceptibles para mi oído, escucho ruidos constantes de motores y máquinas que aturden con su persistencia y lastiman mi paz. 
Viajo hacia la noche, una noche llena de luz espléndida. La luna, pronto llena, nos iluminará con su pálida y azulada blancura los contornos, los relieves, los rostros del paisaje mientras duerme. El suelo se ha vuelto gris y observo el horizonte y mi proximidad oscurecerse. Un foco guía los ojos hacia un fuego lejano que resplandece como despedida, como un eco de lo que ya se va. La noche uniforma la diversidad. 
Venus aparece a mi derecha antes de que la noche se haga completa. Como la diosa de quien toma su nombre, siempre la belleza se halla presente en cualquier transformación que el universo vele.


Isabel, 1-2-15

Encuentro

En el azul distingo la calidez ligera
de tu luz anunciándose en el espacio
que te alumbra en su promesa. 
Te esperan mis ojos.
La tarde es plena; 
remueve ondas en sus aguas 
con la cadencia de un tiempo
acunado por el sosiego.
Todo es apacible bajo la invisible cúpula. 
Tus ojos me sonríen
desde tu intimidad más honda, 
penetran en los míos y hablan,
hablamos sin palabras. 
Te escucho y me uno a tu voz
y nuestro canto
viaja por el perfume de flores
que encuentra en su viaje  
por la tersura del aire que nos alienta.
Juntos seguimos el ritmo 
del cielo y del río en sus espejos.
Las formas se deslumbran,
chispas y guiños renacen en la brisa
que viaja por sendas y caminos
bordeando con su ritmo de tarde 
las horas de esta ciudad hacia el crepúsculo.

Isabel, 30-12-14