Generosa vida

Escucho mis pasos por el tejido volátil de este día. La luz se viste de fiesta de sonidos, aromas y arco-iris de flores y formas perfectas de diversas tonalidades de verde por doquier. Chispas de luz azul y dorada manifiestan su verdad y origen,  como si el cielo hubiera llovido creadoras notas sobre la tierra revistiéndola de átomos de estrellas y milagros de segura existencia.
Todo bulle en su creadora expresión y dinamismo: liban y remolonean los insectos en el cáliz de las flores abiertas, las mariposas nos recuerdan siempre la magia de la belleza inesperada y manifiesta, el aroma de las hierbas, de los pinos que se yerguen con sus sombreros gigantes y generosos para proteger la tierra y, jugando con la luz y la brisa, orean la huella del sol que penetra y se adhiere. Las amapolas tiñen con su brillantez el camino de un bosque próximo y amable junto a las espigas que conocemos como amigas siempre próximas. Todo mi alrededor canta a su modo la existencia, también el mar a lo lejos penetra su ritmo y su cantar en el aire de este sábado. Sé de sus espejos que brillan refulgiendo en la mañana como soles cambiantes en su miríada de guiños, risas y respuestas a su fuente. 
Me pregunto cómo, si la vida está tan bien pergeñada, tan lograda, profunda, sencilla y bella, cómo– me pregunto– no caminamos por ella con esa transparencia que también nosotros poseemos, agradeciéndola en cada instante, en cada aliento que el aire nos presta.

Isabel, 16-5-15

Muy cerca de ti mismo

Oigo latidos de tu alma
gestando notas y ritmos
y te sé muy cerca de ti mismo:
allí donde el silencio habita
y halla el corazón su voz y su calma.

Vuelas por paisajes no hollados,
espacios de luz, centros de misterio,
donde la belleza halle los espejos
en los que desee contemplarse siempre.

Formas y colores habitan tus ojos,
ritmos y timbres funden y transforman–
más allá de sí mismos–
pasado y presente en espacios nuevos.

Y es que tu alma canta, 
eleva sus notas, 
olvidada entonces del tiempo y su peso,
como si atendiera una sola voz,
una intimidad que se funde en ti 
y en ese misterio que la gracia ofrece
mientras los arpegios, cadencias,
acordes y notas vierten sus sonidos
en el gran silencio.


Isabel 11-4-15

… Mientras te pienso

Siempre te encuentro allí,
en la sutil sonrisa del cielo en nuestros ojos,
habitando el jardín de mi alegría.
El aire de tu aliento 
extiende más allá de sí mismo
su canción en silencio mientras te pienso.
Viaja mi corazón por paisajes
cuyos frondosos verdes 
abren mis horizontes más allá de mis ojos,
se funde en ese espacio que es vacío y ¡ tan pleno!
Respiro tu silencio
y ese cantar del agua entre las formas
como midiendo el tiempo,
y sé que entre los besos hay mucho más
que otro silencio unido, 
más que palabras que se dicen sin decir… sonriendo.
Entre las risas y en los ojos, 
brotan flores y estrellas,
ondas en círculos perfectos viajan 
más allá de los límites,
se extienden por los labios, más allá…
El misterio de luz funde su transparencia
sin opaca distancia en su acuerdo y su centro.

Isabel, 2-12-13


El canto de la tarde

Sentí en mi piel el canto de la tarde
y te llamé en silencio
para mostrar su huella en mi memoria: 
el cielo rosa y un gris tan terso
que moderaba la alegría
en su humedad temprana,
como las horas tristes
que esperan con sus lágrimas
para brotar sin miedo.
Todo era bello y triste,
como una tarde de amor desde muy lejos.
Era una tarde sola,
tan llena de rosas y silencios,
que se alfombró de mariposas
mecidas por el viento y sus canciones
que iluminaban el asfalto con sus vuelos,
mientras las aves contemplaban desde el cielo
sus émulos viajeros.
Sentí el canto de la tarde, quise cantar contigo
y te llamé en silencio.

15-12-2012

Isabel