llegan tus palabras,
como luces agavilladas en el tiempo,
como haces de belleza;
racimos de fulgor cantan
su unánime acuerdo
y el cielo se eleva
más alto y más intenso en su prístino azul.
Cuando me besas,
silencias en silencio
al silencio del olvido
y llevas a la luz el color de tu verdad y paraíso
creando vida con la fertilidad de la vida,
convocando a mi intimidad desde tu voz profunda,
y sé que entonces el aire es brisa y gozo
y que tus besos son palabras que escuchamos los dos.
Cuando me besas,
penetran tus deseos en mí
como relámpago en la noche
iluminando mi interior
y ambos creamos juntos jardín y paraíso
mientras cantamos las palabras en su verdad y luz.
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