En el tren


Instantes, el mar… , conversaciones a tientas, ligeras memorias de otros pasados salpican el silencioso vuelo de las gaviotas al otro lado. Sorpresas pequeñas. 
La luz vive de nuevo en ese estreno diario de cualquier mañana y en la certeza de saber que el vivir lee en los mandatos de los pensamientos y memorias. 
Los pasos rítmicos del tren cantan su tarea y convierten lo anodino  de un día cualquiera, en pleno y significativo para los que descubren su propia canción del alma.
A lo lejos, entre los ecos de voces y acentos extranjeros, un mundo, sin sonido audible, penetra con sus formas por los haces de luz que atraviesan las transparentes ventanas; vuelan aves y pensamientos jugando con el verde esmeralda de un mar de tormentas cercanas. La primavera extiende sus brazos desperezándose.

Isabel 3-04-13

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