Las palabras y sus paisajes

Reflexionaba sobre el lenguaje y las palabras más habituales en mis pensamientos a lo largo de mis días, en mi vida cotidiana. ¡Tan importante me parece reflexionar sobre ello…! Tomar conciencia de nuestro vocabulario nos permite acceder al tipo de mundo que evocamos una y otra vez e invocamos, puesto que las palabras y los mundos, atmósferas, ambientes a las que ellas nos llevan, determinan el tipo de vida que experimentamos de hecho, más allá de nuestros deseos.

Sí, a veces, estas sencillas certezas son olvidadas y vivimos dormidos, en lugar de estar atentos y presentes, creando nuestra vida y acercando nuestra experiencia a esos sueños, indispensables para continuar con la alegría y la bondad que anhelamos.

Imaginemos con los ojos cerrados todo aquello que nos evocan las palabras siguientes: bosque, caminar, flores, fragancias, romero, tomillo, juncos, pinos, encinas, sol, cielo, mar, brisa, arena, niños, voces, olas, perfumes, silencio, paz, amistad, diálogos, música, jazz, bolero, tango, sinfonía, concierto, piano, clarinete, violín, contrabajo, saxo, helechos, rosas, jazmín, responsabilidad, terraza, susurro, canción, ventana abierta, mate, té, conversación, amor, luna, noche, sueño, dulzura, ternura, comprensión, complicidad, dedicación, libro, lectura, estudio,  juego, autocontrol, disciplina, nutrición, respeto, entendimiento, paseo, trabajo, descanso, pareja, hijos, naturaleza, campo, llanura, montaña, vela, barco, honestidad, agradecimiento, sonrisa, imaginación paraíso, bondad, poesía, arte…

Pensemos en otras y procuremos ver qué conseguimos y cómo nos sentimos: rebelión, lucha, agobio, obligación, miedo, estrés, trama, enfermedad, debate, fortaleza, oscuro, confusión, implicación, absurdo, acusación, cotilleo, persecución, esclavitud, despido, crisis, paro, enchufismo, acidez, avasallamiento, violencia, atropellos, tribunales, policía, cárcel, ataque, convulsión, envidia, rabia, celos, resentimiento, huida, cobardía, sufrimiento,,,

Estas y muchas otras se nos mezclan a lo largo de nuestros días concretos. Vigilar en qué lado de la vida nos movemos nos ayuda siempre a modificar aspectos y conseguir una mayor paz y equilibrio.

Emplearlas y evocarlas sin conciencia de lo que atraen a nuestras vidas, de lo que estamos invocando, como si oráramos, abracadabra de lo que podemos llegar a obtener sin ser conscientes de ello, nos puede abocar a espacios complicados. "Quien siembra vientos, recoge tempestades"- dice el refrán.

Amo y respeto profundamente el lenguaje, es el poder mayor del que cualquier ser humano dispone para crear su jardín interno, su paraíso, su infierno, su desierto, su oasis. Amar siempre incluye respetar. Respetarse y comprender, buscar, reflexionar, ser honesto y ocuparse de uno mismo es condición indispensable para vivir en paz y en armonía con la vida.

Isabel, 30-08-14

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